Ni altura ni grosor: Ten en cuenta esto en las patas de tu sofá
Las patas del sofá no solo son estéticas, sino que también aportan un valor al sofá. ¿Patas altas o bajas? Depende del uso que vayas a darle y de muchos factores de tu casa y de tu salón. Pero hoy vengo a darte dos consejos que debes tener en cuenta cuando compres tu sofá.
Pata central del sofá
Si el sofá es de calidad es obligatorio que tenga una pata central casi pegada al suelo. Sirve para que pueda soportar mucho más peso de lo habitual. Esta pata le da una mayor resistencia a la estructura del sofá impidiendo que se doble. Si recibes visita y os sentáis en el sofá no tendrás que preocuparte por el peso, ni tu estructura sufrirá daños innecesarios. Además, esta pata es regulable, así que puedes ponerla a tu medida muy fácilmente. Este detalle es clave para cualquier sofá, ya que va a permitir que el sofá tenga una vida útil mucho más larga.
Material de las patas para sofás
Otro de los aspectos que hay que saber es la calidad de las patas, de todas. Recalcamos todas. Normalmente las que vemos son las de delante, por lo que mucha gente comprueba que están bien y queda satisfecha. Pero muchos de nuestros clientes nos han comentado que su sofá antiguo tenía las patas traseras de plástico. Este no es un material que soporte mucho peso, reduciendo muchísimo la vida útil del sofá.
Las patas del sofá deben ser TODAS de un material adecuado. La única pata que puede tener un material diferente es la central, ya que no siempre estará tocando el suelo, es adicional para soportar un peso extra.
Fácil limpieza
La altura de las patas también afecta la facilidad de limpieza. Los sofás con patas más altas permiten un acceso más sencillo debajo del mueble, facilitando la limpieza con aspiradoras o robots de limpieza. Además, un sofá con patas altas aportan una mayor amplitud visual al salón. Así que si tienes un salón pequeño, puede que poner este tipo de pata sea una buena opción.
Otro punto a tener en cuenta es la estabilidad. Las patas, además de ser un elemento estético y funcional, juegan un papel clave en el equilibrio del sofá. Las patas deben estar bien ancladas a la estructura para evitar movimientos indeseados o balanceos. Un buen diseño de patas garantiza que el peso se distribuya de manera uniforme, evitando problemas a largo plazo como el desgaste desigual o la deformación del sofá.